domingo, 16 de enero de 2011

Día 1 después de la operación

Desperté genial, la verdad seguía sin creerme que no tuviera dolor. NO se porqué narices estaba tan obsesionada en que me dolería, todo estaba perfecto.
Al poco entraron los auxiliares para lavarme y cambiarme la cama, todo ello sin moverme aún claro. Me preguntaron si sabía cuando me podría levantar pero como no me habían comentado nada pues lo hicieron. Luego entró una enfermera para ponerme más sueros y la inyección de la barriguita para evitar la trombosis, porque supuestamente iba a estar unos días sin moverme ...
La sorpresa fue cuando al ratito entró Luis Campos, el cirujano que me operó. Al entrar me dijo que estaba estupenda, que tenía una cara genial y que por su parte me daba el alta inmediatamente. Prefería que estuviese en casa, porque allí no podían hacerme nada más que darme calmantes y lo mismo podía hacer yo en casa. Le dije que si el prefería que fuese así pues nada que me iba para casita.
Me estuvo comentado como fue la operación, el ganglio de la mama derecha dio negativo (el de la izquierda no lo analizaron porque supuestamente será también negativo al no haber tumor altuno). Aunque también me comentó que posteriormente en laboratorio se hace un análisis más profundo y en algunos casos ha salido que estaba afectado, pero que con casi toda seguridad no habría problema.
La mama derecha era la afectada por el tumor y según entendí me la vaciaron toda por el pezón, el cual retiraron y luego cerraro como si fuera un muñoncito. Posteriormente cuando se reconstruya con  la prótesis me colocarán uno. En ese expansor me colocarón 150 cc, el total son 500.
En la izquierda lo hicieron por la parte superior de la aureola, desplazaron el pezón para que quedara más simétrico y colocaron 200 cc en el expansor.
Quiere que en un plazo aproximado de tres semanas estén completos los 500 cc, para evitar que la piel se seque o se descuelgue.
El miércoles tengo que ir a quitarme el vendaje y los drenajes, que van conmigo por toda la casa como si fuese ya parte de mí.
Al rato pasó Ana Matallón, la gine que también me intervino. También estaba de acuerdo en que me marchara para casa, estaba muy feliz de que todo marchara genial. Creo que estaba encantada de la operación hubiera resultado así, de hecho cuando salieron de quirófano para hablar con los familiares les dijeron que todo estaba perfecto pero que pasaría muchísimo dolor.
Le comenté como me sentía, que no tenía prácticamente dolor y me dijo que el umbral del dolor es muy distinto para cada persona. Que también influía el haber pasado una operación anterior mucho más agresiva y con una recuperación totalmente distinta a esta y mucho más dolorosa.
Me vestí, cogimos la maletita y a casitaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Cuando llegamos me hice dueña y señora de mi sillón orejero y ahí pasé la tarde. Visita de amigos, familia, vecinos, estuve en todo momento acompañada.
El momento malo fue cuando llegó la noche, itnenté meterme en la cama y todo el dolor que no había notado lo sentí de golpe. Al estirarme en la cama fue como si me rompiera por dentro, no podía apenas incorporarme. Prácticamente no puede ni cenar, lo justo para tomar la medicación y a dormir. Estiré mi sillón de relax, me taparon con una mantita y a dormir placidamente (después de tomarme el Valium claro).

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