martes, 15 de febrero de 2011

Sensaciones ...

Estos días en los que tengo pocas cosas que hacer, las horas dan mucho de si. Me levanto prontito y desayuno con Manolo, luego él se va a trabajar y yo arreglo por encima la casa. Luego me voy con Xelo a andar, salgo a las 8:15 y vuelvo a las 9:45. A continuación duchita y quehaceres de la casa, que no entiendo como siempre está llena de polvo pasando el aspirador a diario. Comida, descansar un poco y preparar la comida del día siguiente para que mi marido se la lleve. Esas son mis obligaciones, escasas claro, y entre unas y otras la cabeza da para mucho.
A veces pienso en cómo estoy llevando estos días, y no puedo negar que me sorprendo. Y me sorprendo porque si tuviese que definir un estado en el que me encuentro no podría, no puedo decir que me siento deprimida hasta las trancas porque no lo estoy pero tampoco puedo decir que mi ánimo es el mejor del mundo.
Miro hacia atrás y ya veo un caminito recorrido, pequeño aún, pero ya recorrido. No puedo quejarme de los resultados, porque todo marcha sobre ruedas y espero que así siga. Luego miro hacia adelante y veo todo lo que queda por recorrer, y siento que es tanto ... Y sobre todo la incertidumbre, eso es lo que me mata. Porque no me importa pasar ahora por lo que sea, pero que todo lo dé por bien pasado y esta pesadilla termine con final feliz.
En ocasiones simplemente andando por casa o por la calle, siento como si me bajase la moral hasta los pies. Es algo extraño, pero siento como algo que baja desde la cabeza hacia los pies. Entonces me hago tan pequeñita, tengo tanto miedo a todo ...
Y eso es en el aspecto psíquico pero el físico también está ahi, recordándome que algo ha pasado. Cuando me veo en el espejo, o por la noche en la cama, o cuando siento lo que me han puesto dentro me hace sentir tan rara... Porque eso no formaba parte de mí hace apenas un mes, y ahora pues me acompañará durante muchísimos años. No es que lo rechace, es que no termino de acoplarme a los expansores. Imagino que cuando me cambien a las prótesis definitivas lo lleve mejor, y empiece a considerarlas como parte de mi.
Y ahora viene la quimio, bufffffffff otra vez el miedo a lo desconocido. Están los signos visibles, que será bastante evidentes, pero ¿y los internos?. Recuerdo que antes de la operación me asustaba mucho el dolor, el pasarlo mal, y ahora siento lo mismo que aquellos días. Espero poder ir pasando las sesiones y los efectos secundarios sean lo menos posibles ...
En fin que no queda más que convivir con esto, y a fin de cuentas es lo importante. Tengo la inmensa suerte de tener al lado de mi a tanta gente que me acompaña y no me deja sola, tantos y tantos que no me dejan desfallecer. Y entre ellas como siempre mi marido, el que día tras día se empeña en arrancarme una sonrisa y lo ha conseguido. Nunca hemos celebrado San Valentín pero este año me pidió un regalo: quiere verme sonreir en cada momento, no quiere que deje a un lado mi sonrisa. Así que como se lo merece todo, por él seguiré sonriendo  .

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