viernes, 26 de noviembre de 2010

La alegría duró poco.

Pasé una semana flotando, como en una nube. Era genial ver a todo el mundo feliz, ya todo estaba olvidado.

Cuando me hicieron la mamografía me dijeron que igual me llamaban para hacerme una ecografía, que no me asustara pero que a 8 de cada 10 suelen avisarlas. Ya habían pasado casi dos semanas, así que pensaba que todo estaba bien. Pero el viernes a la 13:30 sonó el móvil, cuando vi un número tan largo ya sabía de donde llamaban.

La desagradable sorpresa fue cuando me dijeron que tenía que estar allí el martes a las 10:00 para hacerme unas pruebas". Ah la ecografía? le pregunté. Sí la ecografía y una biopsia. Ya os podeis imaginar como me quedé en ese momento, iba conduciendo y no acertaba ni tan siquiera a aparcar. Me entró un frío por todo el cuerpo, luego calor, sudor, hasta casi mareo.

No dije nada a mis padres, porque se iban al día siguiente de viaje y entonces no se irían. Solo los más allegados, mi marido, mi hermano, mi prima. Entre todos consiguieron que pensara que era rutinario,dejé pasar el fin de semana como pude con más miedo que otra cosa.

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