jueves, 25 de noviembre de 2010

11 de noviembre 2010

Este día no lo olvidaré jamás, fué como si una gran losa que tenía encima desde hacía cinco años hubiese desaparecido para siempre.

Cuando entré en la consulta tengo que reconocer que me temblaban las piernas, tenía tanto miedo. Confieso que este miedo lo he tenido siempre que he ido a cualquier revisión, es algo que jamás he conseguido controlar. Junto al ginecólogo fuimos viento todas las pruebas, analítica, tac, radiografía, densitometría, todo estaba perfecto. Faltaba la mamografía, pero el médico pensó que si no me habían avisado ya (porque hacía 15 días que me la habían hecho) es porque todo iba bién.

"Estás curada, que volviese a aparecer sería algo superextrañiísimo". Estas fueron sus palabras y podeis imaginaros cómo salimos mi madre y yo de la consulta, irradiabamos felicidad por todos los costados. Su abrazo, sus lágrimas de felicidad, ayssss cuantas cosas me hizo sentir en ese momento.

Esos días solo fueron felicidad, celebración con todo el mundo, la buena noticia estaba en boca de todos. Por fin podía considerarme CURADA.

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